Mujeres de carne y hueso



La entrada de hoy, llevaba mucho tiempo pensando en escribirla.

Pero realmente, no he tenido tiempo. Bueno, no. Esto es una excusa.
Realmente he elegido pasarme horas y horas viendo Juego de Tronos. Uy! Esto tampoco es cierto. Realmente me he pasado muchas horas trabajando. ¿?

O me he pasado muchas horas cuidando, jugando y disfrutando de mis hijos. Bastante sí.

Me he pasado parte del día durmiendo, calculo que unas 5-6 horas máximo.

¿O realmente me he pasado el día haciendo comidas, gestionando la casa y todo lo que conlleva?

¿Cuál de vosotras, mujeres, madres, trabajadoras, no trabajadoras, empresarias, asalariadas, madres de 1 ó 3 hijos no se ha sentido así? Que levante la mano la primera.

Tenemos tiempo de hacer de todo, yo lo tengo claro. Pero al final, todo es una cuestión de prioridades, y sobre todo de saber elegirlas bien, de fijarnos en qué es lo que nos hace más felices y ponernos a ello.


Yo cada vez me encuentro más, con que las mujeres, hagamos lo que hagamos nos sentimos culpables. Hace poco tiempo, leía que la lactancia hace que las mujeres que no dan el pecho se sientan culpables. Y no, no es cierto. Las mujeres nos sentimos culpables, siempre. Hagamos lo que hagamos, empleemos el tiempo que empleemos.

Primero de todo, porque siempre nos va a quedar la sensación de que podemos hacer más ya que creemos que Fulanita la del tercero, o la del segundo, o nuestra amiga emprendedora online, que además tiene 4 hijos, que además es HomeSchooler, que da el pecho a 3 de sus 4 hijos, hace más cosas que nosotras. Y yo no digo que no sea cierto. Sólo digo, que ni todas somos lo que parecemos, ni todas parecemos lo que somos.

Y en este mundo de la mujer, y más en concreto el de la maternidad, tenemos que ser conscientes, muy conscientes de que somos únicas. Que cada mujer podría hacer más, porque siempre habrá alguien que mientras tú duermas estudie, o mientras que tú trabajas está con sus hijos.

Pero esto no es lo importante. Lo realmente importante, el verdadero quid de esta cuestión. Es que somos muchas cosas, muchísimas, y si las enumeramos y valoramos (os invito a hacerlo) nos daríamos cuenta que en 24 horas, somos de todo, hacemos de todo, y terminamos sintiéndonos culpables también por todo.

La que da el pecho, la que no lo da, la que tiene que trabajar y dejar a sus hijos con otra persona, la que jamás trabajó pero siente que está dejando pasar quizás un tiempo precioso para otras cosas, la que educa en casa, la que lleva al colegio público o al concertado a una hora de casa.

Y digo yo. ¿de donde viene tanta culpabilidad? ¿Por qué no nos dejan a las mujeres ser, hacer y sobre todo aprender a disfrutar de nuestra vida?.

Nuestra vida está llena de matices, de cosas ricas, de momentos dulces y amargos. Pero creo que si hay algo que tenemos que aprender es que todas somos Mujeres de carne y hueso. Somos diferentes, somos únicas, a pesar que a veces compartamos estilos de crianza, o nos gusten los mismos libros, la misma música, o no. Si hay algo que tenemos en común, es que somos luchadoras, trabajadoras y que detrás de esas corazas, o de esas pantallas, lo que hay son mujeres de verdad, que fallan, que se equivocan y que desfallecen.

Estos sentimientos de culpa, de no llegar, de estar haciendo menos que otras, deberían ser cada vez menos. O si es posible, eliminarlos. Ya que la culpa, como me dijo una vez un profesor mío, es como la mafia "te extorsiona y no te deja vivir". Entonces tenemos que liberarnos de ella. No voy a entrar ahora en el debate del origen de esta culpa, porque esto me da para otro post. Pero sí, que además de no culparnos a nosotras mismas, evitemos culpabilizar a otras mujeres por sus elecciones. Lo mismo que no se puede tomar como chivo expiatorio ahora a la lactancia. Porque como ya os llevo repitiendo desde el inicio de este post, el sentirnos culpables es algo Universal entre el mundo femenino.

Vamos entre todas, a luchar contra estos sentimientos de culpa, de vergüenza, de sensación de "no lo hago bien". Cuidándonos, mimándonos y permitiéndonos fallar. Porque al fin y al cabo somos mujeres, de carne y hueso.

Un abrazo mujeres bellas,

Diana Sánchez
www.dianasanchezsanchez.com


11 comentarios:

Ascensión Gómez López said...

No sabes cómo me toca hoy la fibra este tema. Gracias preciosa. Un placer leerte y compartirte, aunque sea on-line jeje

Diana said...

Me alegro que te haya gustado. Siempre es bueno compartir emociones y sentimientos. Un abrazo.

Anonymous said...

Muy bueno!! y lo malo es que mientras más culpables más cosas somos capaces de hacer a la vez...Un abrazo

Anonymous said...
This comment has been removed by a blog administrator.
Anonymous said...

Wow... qué poderoso, Diana! Eso, a luchar contra esa Mafia... que no nos aporta nada bueno. Ojalá pudiéramos ir poco a poco liberándonos de ella.

Anonymous said...
This comment has been removed by a blog administrator.
AfectoFamilia said...

Me encanta, Diana. Y me encanta que empecemos a pensar en nosotras como "mujeres de carne y hueso". Me parece fundamental que no juzguemos a otras por lo que hacen o dejan de hacer, pero quizá para eso también es importante tener claro las prioridades de cada una, y en cada momento de nuestra vida, y eso no siempre es facil. El tema lactancia y las elecciones en la maternidad ocurren en momentos tan delicados de nuestra vida, que nuestra seguridad puede tambalearse, y ahí necesitamos a mujeres en nuestra vida que se sientan de carne y hueso.

Gracias por la reflexión. Bs.

Diana said...

Gracias AfectoFamilia, me alegro que estemos en líneas de pensamiento paralelas y yendo por este camino llegaremos a un lugar mejor.

Diana said...

Tienes razón, cuánta más culpa, más cosas queremos hacer.

Diana said...

Linda me alegro que te haya gustado. Besos!

Ruth said...

Hola Diana, este es un tema al que yo le doy muchas vueltas y es inevitable estar comparándote todo el dia con lo que hizo tu madre en su momento y con más motivo si es una madre coraje como la mía o fijarte en tu suegra que ha criado a tres hijos y es estupenda cocinera. Yo no soy de esas mujeres que evitan deajarse ayudar para poder decir precisamente que nadie me ayudó. Yo pido ayuda cuando la necesito, y desde que tuve a mi hijo la he necesitado mucho como todas las mujeres que un día nos despertamos con un bebé en brazos y nos sobreviene un sentimiento de responsabilidad e incertidumbre que necesitas expresar y calmar, y sí pides ayuda, y pides ayuda a otras mujeres que ya han pasado por eso y ese momento lo ven con naturalidad y lo viven con alegría y sosiego. Yo cada día me digo a mi misma que no puedo hacer nada para no necesitar dormir tantas horas, mi cuerpo siempre ha necesitado 10 y ahora duermo 8, debo sentirme afortunada, pero mi cuerpo se siente cansado al despertar y más aún cuando llegan las 15h de la tarde y mi hijo no a parado de correr, gritar, escalar, golpear y zarandear sin descanso alguno. Es así y me siento feliz pero cansada, y sigo pensando que harán las demás cuando se sienten como yo, agotadas el lunes y con toda la semana por delante, pues creo que la respuesta es que miran a sus hijos ven como sonríen y siguen en sus actividades diarias pensando en que son etapas y que ya estaremos más descansadas pero nunca más felices porque es imposible. Un besazo y gracias por este post reflexivo.

Post a Comment

Post a Comment

 
Diseño © BlogDesign.es