Afrontamiento del duelo perinatal en Navidad


Empieza la Navidad, y seguramente sea una de las fiestas del año en que muchas personas son felices, se reencuentran con sus seres queridos, y precisamente este es un gran motivo de alegría y celebración. Son unas fiestas para estar con la familia, para vivirlas en compañía y con amor.

Pero también están otras personas, otras que desearían desaparecer debido al dolor que evocan unas fechas en las que nos damos cuenta de que nos falta alguien. Que hay un lugar vacío en nuestra mesa que nadie podrá reemplazar. Que esas Navidades con todos reunidos, ya no volverán.

En estos casos, la pérdida o pérdidas hacen que se vivan con nostalgia, tristeza, rabia y a veces incomprensión por parecer que el resto del mundo está fuera, que no hay quién pueda entender por qué razón, en estos momentos que todos son felices, da la sensación que "yo" no puedo serlo.

Este dolor, está pérdida, al menos es reconocida y respetada en los duelos por personas nacidas.
¿Pero qué pasa cuando quién no está es una personita que estaba en camino? ¿Qué pasa si la Navidad lo que nos trae es lo que no vamos a vivir? Lo que ya nunca podrá ser...

En estos casos, en los duelos de pérdidas por bebés no nacidos, o bebés estrella, la pena es muy grande,  y yo diría que a veces es una pena doble. Pena por lo no vivido, y pena por la falta de espacio en el que poder expresarlo. Estos bebés no ocupaban sillas, pero deberían estar en Navidad en nuestros brazos, regalándonos sus sonrisas.

Se produce a veces por este motivo una complicación del duelo. Por la falta de reconocimiento social, y a veces hasta familiar. Nadie habla de ellos, pero sus mamás y papás sí les echarán en falta.

En estas familias, se pueden tomar varios caminos. Hay familias que directamente deciden suprimir las Navidades, y se marchan de viaje, para poder sobrellevarlas desde la distancia. Según Alba Payás "Huir no lo resuelve; el dolor emocional podemos posponerlo pero nunca evitarlo, siempre acaba emergiendo y con el tiempo crece". Según ella cuenta muchas familias que toman esta opción, sienten al año siguiente que es todavía peor.

Otras, en cambio, deciden celebrarlas como siempre, como si no hubiera pasado. Una huida hacia adelante que tampoco parece ser el camino más sanador, cuando esta opción además implica no mencionarlo, no hablar de ello.

En el caso del Duelo Perinatal, además a veces las familias, no tienen un recuerdo, no han podido ni siquiera enterrar a su bebé estrella. Con lo cual la evitación parece el camino más lógico. Y aunque así se haga, en algunas ocasiones la mama no dejará de pensar en el bebé que no ha nacido. Y si además en la familia hay otros bebés, se sentirá en una situación totalmente paradójica y de confusión que quizás no se atreva ni a mencionar.

La opción propuesta por Alba Payás, en su entrada "Es Navidad, y en casa hay una silla vacía", me ha parecido una forma, aunque creo que cada familia debe buscar la suya propia.
Ella habla de CONSTRUIR UNA NUEVA NAVIDAD, y da estos consejos:

1. "Haz una reunión familiar antes de que lleguen las fechas",  y convocar a toda la familia abierta (incluidos niños y mayores, y personas significativas de la familia). Y en esta reunión hablad de lo que cada uno siente, de lo que os gustaría hacer, de lo que no. Y de cuáles son vuestras diferentes opciones, porque quizás podáis hacer algo diferente. Ya sólo el hecho de organizar esta reunión, tendrá un gran valor terapéutico, y será un esfuerzo grande, pero seguro que reconfortante, y por otro lado el resto de la familia conocerá cuáles son vuestros sentimientos.

2. "Repasad los rituales de vuestra familia", y que cada uno manifieste su deseo de como le gustaría que este año fuesen. Si os vais a hacer regalos. Y en el caso de Duelo perinatal, yo sugiero que quizás algún  miembro de la familia quiera dejar algún recuerdo para el bebé estrella, y es el momento de hablarlo.

3. "Buscad una manera simbólica de recordar a la persona fallecida a lo largo de las fiestas". Alba Payás sugiere aquí "Marcad los momentos de recordar de forma clara... antes de empezar la comida... en el momento de abrir los regalos", para hablar de la persona fallecida. Cuando a quien queremos recordar es a bebés no nacidos, si les pusimos nombre, nombrarles, no tener miedo a describir lo que sentíamos cuando estos bebés ya sabíamos que estaban en camino. No será fácil, pero será el momento de darles un lugar en nuestra Navidad.
Si tenéis algún recuerdo del bebé, se puede también poner en algún lugar de la casa, será otra forma de darle un lugar.

4. "Hablad de las cosas que haréis con los niños, tenedlos en cuenta". Siempre hemos dejado a los niños fuera en los temas de la muerte, pero son parte de la familia. Y también es bueno para ellos saber que la muerte de esos bebés no nacidos nos duele, y que estamos tristes por ellos. Y les estaremos dando un ejemplo para su vida futura. En caso contrario, no entenderán nada, pero sí sentirán el dolor y la tristeza. Lo que les provocará muchísima angustia al no conocer el origen del mismo, y esto les genera muchísima confusión.

Cada familia generará su propia Navidad, será una Navidad totalmente diferente a las anteriores, pero también diferente de las siguientes. Miraremos el árbol de Navidad, sus luces, y los regalos al pie, y no podremos dejar de pensar en lo que imaginamos que viviríamos y ya no será. Pero quedará la esperanza   y la luz de que nuestros bebés estrella. Esos bebés que iban a venir, pero se apagaron en el camino, pero siempre, siempre permanecerán en el corazón de las familias que los hemos querido, y los seguiremos queriendo esta Navidad, y todas las que nos quedan por vivir.
Para todos los bebés estrella.

Diana Sánchez Sánchez
www.dianasanchezsanchez.com





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