Curso Duelo Traumático con EMDR

El mes pasado estuve en una formación muy interesante, la daba el profesor Roger Solomon. Psicólogo y Psicoterapeuta experto en Trauma. No le conocía, pero me lo habían recomendado varias compañeras y allá que me fui.


El curso estuvo interesante, se dieron bastantes pautas para el tratamiento a través del EMDR, que aquí no viene al caso. Pero quiero contar las cosas que ya sabíamos pero que en muchos casos no son tenidas en cuenta en casos de Duelo Perinatal. El Duelo Perinatal en sí mismo, por sus características intrínsecas suele ser un duelo complicado. Las razones son la falta de reconocimiento social (más acentuadas conforme el bebé es más pequeño), la falta de apoyo social en muchos casos, el maltrato en las instituciones sanitarias o de otro orden (por ejemplo Registro Civil), en otros casos ausencia de despedida, o de reconocimiento del bebé perdido.

En este curso, he aprendido, algo que hasta ahora me tenía a veces preocupada pero que he visto que realmente es posible. Se puede salir. Se puede avanzar. Se puede volver a vivir. En muchos casos, estos duelos son difíciles para las profesionales que trabajamos con ellos en psicología porque requieren de una urgencia (por ejemplo madres que necesitan quedarse embarazadas de nuevo porque sin la Seguridad Social no las cubre) que no acompaña al procesamiento que sería necesario llevar a cabo. Además, debido a la falta de reconocimiento, nos encontramos con que muchas de las cosas que estas familias sienten y refieren, aunque son normales para ellos es totalmente desconocido, y no sólo eso, les produce pavor sentir que ocurren cosas en su cuerpo, en su vida, en su pareja que no entienden y que además, por si fuese poco, se sienten malas personas.

No hace falta ir mucho más allá para entender que cuando se muere un hijo, se reconoce como lo peor que nos puede pasar en la vida. Pero ¿cuando muere un hijo a las 24 horas? o cuando ni siquiera había nacido. Es totalmente diferente, la red de apoyo suele retraerse, los profesionales suelen/solemos salir despavoridos y las instituciones nos dan en la cara con sus papeles y la imposibilidad incluso de contar con ellos.

En el curso Roger Solomón mencionó todas estas cosas como factores que pueden hacer que el duelo se convierta en un duelo patológico. Además añadió una cosa, que yo venía observando a nivel empírico, si además hay un apego inseguro o evitativo con las figuras parentales, el problema se complica aún más. 

No obstante quiero escribir esto, para que yo misma no lo olvide, y para que otros que me puedan leer tampoco. Se puede. Y el resto de cosas, irán cambiando con el tiempo, a una velocidad que no podemos controlar. Pero es posible acompañar ese dolor, y es posible atenuarlo y hacerlo más llevadero. Curar no es borrar. Y si en este camino de aprendizaje, he ido aprendiendo algo, es que las personas somos mucho más fuertes de lo que pensamos. 

Por estas madres, por estos padres, y para que los profesionales que trabajan en estos momentos, tengan esperanza. No podemos dejar de luchar y de continuar creciendo, aunque no queramos.  Gracias por dejarme aprender de y con vosotro@s.

Diana Sánchez, 08 de noviembre de 2013
www.dianasanchezsanchez.com

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